Epitafio de una confusión
El actor Groucho Marx, el más famoso de los hermanos Marx, se hizo célebre no sólo por su talento cómico y actoral sino que también por pronunciar varias frases como: «Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros», «Nunca pertenecería a un club que me admitiera como socio a alguien como yo», «¡Paren al mundo que me bajo!», «Él puede parecer un idiota y actuar como idiota. Pero no se deje engañar. Es realmente un idiota.»; También una vez, hablándole a una mujer, le dijo: «No piense mal de mí, señorita, mi interés es puramente sexual», sin mencionar que en otra ocasión confesó públicamente que: «Recuerdo perfectamente la primera vez que disfruté del sexo. Todavía conservo el recibo.»
Tras la muerte del actor el Agosto de 1977, escribieron en la lápida de su tumba un irónico epitafio: «Perdonen que no me levante.» Sin embargo, el presunto epitafio, en realidad, es FALSO. Según, informó su biógrafo Stefan Kanfer, Groucho está enterrado en el cementerio de Eden Memorial Park, Los Ángeles, Valle de San Fernando. Sin lápida, su cuerpo se encuentra en un nicho, donde una placa de bronce cita: «Groucho Marx 1890-1977» y una estrella de David. Lo curioso es, años más tarde, sus cenizas fueron robadas de Mission Hills y llevadas al Mount Sinai Memorial Park, sin razón aparente. Actualmente, se desconoce dónde están sus cenizas.
La confusión reside en la divulgación errónea de un rumor. En realidad, Groucho dijo la famosa frase en medio de una entrevista, en la que confesó que le gustaría tener un epitafio con dicha cita y, en lo posible, ser puesto sobre el féretro de Marilyn Monroe; deseo que su familia prefirió no cumplir.
Sin duda, Grouche Marx nos dejó una larga lista de frases fascinantes, y una leyenda urbana para el recuerdo.
«La próxima vez que lo vea, recuérdeme no saludarlo.»
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